EL DUELO EN LOS NIÑOS
Cuando ocurre el fallecimiento de un ser querido, los adultos creemos que los niños ante este hecho no sienten o no entienden, es decir, no hacen duelo. Actuamos erróneamente evitando por todos los medios que los niños asistan, vean o escuchen los sucesos que están ocurriendo en esos momentos. Con esta actitud tratamos de ocultar nuestro sufrimiento con el argumento de acelerar el proceso de olvido y de volver a la realidad lo más pronto posible.
Como Percibe el Niño la Muerte
Los niños tienen su propio concepto de la muerte, cada uno la ve conforme a su edad, a su formación intelectual, escolar y familiar. Desde temprana edad hasta aproximadamente los 3 años, el niño no tiene definido lo que es la muerte, sin embargo, lo manifiesta a través de reacciones como llanto constante, se torna irritable, pierde apetito, duerme poco y mantiene una constante búsqueda de esa persona. A la edad pre-escolar hasta cumplidos los 9 años, el niño se torna triste, pensativo, agresivo, trata de llamar la atención, y cree que el ser querido en cualquier momento regresará. Pasados los 9 años el niño piensa al igual que los adultos que el morir es algo natural, físico, universal e irreversible, sin embargo, no tiene plena conciencia de la verdadera realidad.
Como Reacciona el Niño Ante la Muerte
El niño en su duelo inicialmente se ve envuelto en una constante negación y confrontación, transcurrido el tiempo va restableciéndose, de manera que logra adaptarse nuevamente a su entorno natural.
Como Apoyar al Niño en Esta Situación
Son diversas las alternativas que podemos brindarle a un niño durante el proceso de duelo.
1. Aceptación
o Explicarle abierta y claramente el proceso de la enfermedad o la muerte del ser querido.
o No decirles frases como "se fue de viaje","se durmió", "se fue para el cielo", o "tienes un angelito".
o Cuando se refiera al ser querido hágalo en tiempo pasado, evite hablarle en tiempo presente.
o Permitir si es la voluntad del niño, a que participe en las ceremonias religiosas.
2. Experimentación del dolor
o Estimular al niño a que exprese sus sentimientos sobre la pérdida del ser querido y los recuerdos con referencia al ser querido perdido.
o El adulto no debe privarse de manifestar su dolor en presencia del niño.
o Evitar cambios drásticos en el entorno familiar, las tareas cotidianas y las costumbres ya establecidas.
3. Reorganización del ambiente
o No hacer cambios inmediatos
o Estimular a que el niño participe en los cambios.
4. Reinversión de la energía
o "Sentirse bien" en ausencia del ser querido.
o Estimular al niño a que busque nuevos amigos y proyectos.
Riesgos de un Inadecuado Duelo en el Niño
· Apatía y ausencia de reacción ante la pérdida.
· Ausencia de respuestas afectivas manifestándose aislamiento e indiferencia.
· Búsqueda de reemplazo inmediato al ser querido fallecido.
· Disminución de la autoestima.
· Sentimientos de culpa y auto reproches ante la muerte del ser querido.
· Tristeza permanente
· Pérdidas del auto cuidado, ejercicio de actitudes y acciones riesgosas.
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